Cuando estaba trabajando en Rocketdine, los Ángeles California, muchas personas de ascendencia italiana me preguntaban si la inmigración italiana había contribuido al desarrollo cultural del Perú. Los italianos han contribuido a otros países como en Argentina y Chile.
Por muchos años me ha interesado el desarrollo comercial de Italia en el Perú.
Los italianos introdujeron la elaboración del panetón genovés, su acerbo culinario. También introdujeron la preparación de productos comestibles hechos de harina de trigo y/o maíz como; los tallarines, ravioles, polenta y fetichine lasaña. Otros platos culinarios fueron aceptados por los peruanos como el famoso arroz a la milanesa, el popular caldo llamado minestrone y variedad de postres.
En la agricultura, desarrollaron hermosos viñedos. Los arquitectos italianos construyeron hermosas casonas de estilo medieval.
Muchos de ellos han sido y son buenos profesores y/o científicos. Hoy me enorgullezco en escribir la historia de la diáspora italiana.
Fue durante el periodo del 1918 al 1938, debido a la crisis económica producida por la primera guerra mundial que dejo a los países de Europa con pérdidas de 8 millones de habitantes, desolados y pobres. Mucha gente sufrían los resultados de esta hecatombe.
Para aquel entonces el presidente del Perú era Manuel Pardo, hijo de español y de una hermosa india arequipeña (Cholo como yo). Manuel creo una ley para fomentar la inmigración europea para la cual envió comunicados hacia el viejo continente con el objetivo de proporcionar su propuesta llamada la “Sociedad de inmigración Europea”. Por ley, todo inmigrante europeo que entrara al Perú bajo la cédula de ayuda humanitaria, al llegar al país se le daba a cada individuo 600 soles para empezar.
Durante la década del 20 y del 30 del siglo XX, entraron al Perú 40,700 italianos. 30,000 eran jóvenes profesionales y solteros. El gobierno peruano les dio trabajo en distintas partes del Perú. La mayor parte de esta inmigración joven se casó con indias trabajadoras y dedicadas al cultivo de; la papa, el maíz y una variedad de legumbres.
A los hijos de estas parejas, el populacho los llamaban itacholos. Junto con los italianos entraron al Perú, en menos cantidad; portugueses, franceses, alemanes, turcos y libaneses.
La aportación cultural que ha contribuido Italia al Perú, empieza con la llegada de Cristóbal Colón a América, navegante italiano nacido en Génova. Otro italiano llamado Américo Vespucio fue el que trazó el mapa navegable de Sur América.
Durante la unificación de las provincias itálicas el señor Giuseppe Garibaldi unió las provincias itálicas y creo la republica de Italia. Este señor visito el Perú siendo militar y político que se asombro de lo familiar que eran los peruanos. Años más tarde Giuseppe obtuvo la ciudadanía peruana. El Perú apoyo esta causa democrática de Garibaldi y en tal época hubo una gran inmigración de industriales que obtuvieron residencia en el Perú, abriendo grandes negocios.
Otro italiano fue el sabio Antonio Raymundi, nacido en Milán que recorrió el Perú por provincias, ciudades, departamentos, caseríos, asentamientos, zonas de cultivo y minería. Por 40 años Antonio escribió y relato costumbres de todos los pueblos, provincias y riquezas del Tahuantinsuyo. Describió la flora y la fauna la riqueza, su historia, su etnografía, el folclor de casi todos los pueblos del Perú.
Sin lugar a dudas el sabio Raymundi es símbolo de hermandades de ambos países. Considerado el descubridor del Perú moderno.
Durante el virreinato el rey de España nombro virrey del Perú a Nicolo Caracciolo italiano nacido en Nápoles.
Actualmente en el Perú hay 26 millones de habitantes y casi 3 millones de mestizos italianos.
Este estudio corto es la aportación cultural de Italia. Basado en escritos y crónicas de la época del virreinato y de los sucesos escritos del siglo 19 y 20.
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