En el pequeño altiplano de Marcahuasi, a 80 kilómetros de Lima (capital del Perú) y a 4000 metros de altura, una raza incógnita trashumante dejo un museo de esculturas como testimonio de su paso, hace 10,000 años.


Eso es lo que sostiene Daniel Ruso, un peruano de 80 años que acaba de presentar un libro sobre sus investigaciones, llamado; “Marcahuasi.: La historia fantástica de un descubrimiento”.

Ruzo, que descubrió el altiplano de Marcahuasi en 1953, ha vivido en él durante 30 años estudiando y fotografiando las esculturas que allí existen, que representan rostros humanos y una serie de animales.

Hay una roca en la que se advierte catorce cabezas y que según Ruzo, representan las 4 etnias humanas. Esta escultura tiene 25 metros de alto.

Esas representaciones que fueron talladas directamente en las rocas de Marcahuasi, son imágenes de ciertos animales, como vacas, leones, camellos, tortugas, focas y hasta glitodontes, animales desaparecidos hace mucho tiempo de este continente.
Muchas de esas esculturas están realizadas aprovechando el relieve natural de la roca en la que fueron hechas. Es curioso también que muchas de ellas no se aprecian a simple vista, son cuando la luz del Sol cae sobe ellas a determinada hora.

Para Ruzu, Marcahuasi es la más importante montaña sagrada de la tierra. Las esculturas responde al profundo sentido mágico y religiosos los hombres que viven alrededor de las montañas. Ruzo rechaza que las esculturas sean obra de la casualidad, hechas por la erosión del viento y la lluvia, pues las rocas Marcahuasi son de pórfido diurético resistente a los elementos naturales.

Además, señala el investigador de Marcahuasi, en viajes que realizo por el mundo durante 9 años ha descubierto esculturas similares en Francia, Egipto, Rumania, Rusia, y en los Montes Cárpatos.

En Marcahuasi se encuentran también cuatro grandes altares de piedra, en donde tal vez se realizaron sacrificios humanos a las divinidades de las montañas
La representación de animales que no tuvieron su origen en América, entre las esculturas de Marcahuasi, podría indicar que quienes la hicieron fueron una raza o pueblo trashumante que dejo la señal de su paso por diversas partes de la tierra y cuya vida es totalmente una incógnita.

Para Ruzo, ese pueblo fue antediluviano y su presencia echa por tierra todas las investigaciones académicas y rompe todos los cuadros etnográficos, arqueológicos y antropológicos del Perú antiguo.

La ciencia oficial no ha prestado atención a los trabajos e investigación de Ruzo. limitándose a decir que se trata solamente de casualidades debido a la erosión de la piedra a través de los tiempos.

Por Enrique Valls corresponsal de ÉL MUNDO.

Yo quiero añadir que algunos arqueólogos encontraron en Marcahuasi vestigios de telares y cordones con nudos llamados quipus. Los quipus fueron utilizados al principio de la escritura para educar a los niños a comunicarse y con una cultura avanzada e increíble. Los quipus fueron utilizados más tarde por los incas para desarrollar y crear un gran imperio.

Eduardo Méndez