En el bosque seco de Loreto, cerca al rio Ucayali, se encuentra el más terrible dragón llamado Amarrum. Llamado así, en el idioma Quechua, por los nativos que fueron dominados por los incas. Esta bestia es una serpiente gigante con alas, cabeza de llama, hocico rojizo y cola de pez. Pertenece a la mitología Inca.
Mayta Aru y su esposa Kitia, ecólogos del Instituto de Desunía Tropical del Servicio Forestal Federal, fueron enviados al bosque seco de Loreto para investigar si el lugar era apropiado para instalar paneles solares para dar energía eléctrica en esta región de Las Amazonas. Con ellos iba su hijo Tarzo de 10 años. Junto con el equipo de trabajo llevaban para comunicarse el moderno celular.
Los indios de la región los recibieron con una deliciosa cena, bailando y cantando. Ellos pensaban que los recién llegados venían a matar el dragón Amarrum y por eso obsequiaron al niño un loro Guacamayo hablador y a los padres un mono Titi.
El matrimonio de ecólogos comenzó a acumular una serie de datos científicos sobre el bosque seco, guiados por un nativo conocedor de esta área y de las minas de cuarzo azul. Este cuarzo azul es raro y costoso, requerido por los joyeros para fabricar collares y brazaletes con propósitos místicos y como amuleto de buena suerte.
En toda el área de Loreto llueve todos los días y solamente en el bosque seco no llueve, por tal razón es el lugar apropiado para instalar los paneles solares y así dar energía eléctrica a todos los valles donde viven mas de 30 tribus de indios nativos.
Mayta Aru, usando su celular, se comunicó con la oficina principal de Lima, fabricantes de los paneles solares, diciéndoles que el bosque seco es el lugar ideal para instalarlos.
Mientras esto sucedía, el niño Tarzo caminaba y jugueteaba con su guacamayo por entre la arboleda y plantaciones de piñas cercano al bosque seco.
De pronto sintió que algo lo sujetaba y lo llevaba por el aire, pasando por encima de la arboleda hasta un extraño lugar. Era el dragón de la selva que encerró al niño en una cueva cubriendo la entrada con enormes piedras azules, dejando de guardianes a cuatro pumas.
El guacamayo que siguió al niño, pudo entrar a la cueva por un pequeño agujero posándose en el hombro de Tarzo. Este le dio al ave un mensaje escrito que puso al derredor del cuello y le dijo al guacamayo; – ve y entrégaselo a mis padres –
El guacamayo salió volando.
Luego de volar por un rato llego donde los padres de Tarzo, Mayta Aru y a Kitia, y les entregó el mensaje que decía;
– El dragón me atrapó y me ha encerrado en una cueva. No puedo salir. Envíenme el celular para poder comunicarme con ustedes –
Inmediatamente, los padres de Tarzo amarraron el celular con la misma cuerda que recibieron el mensaje y se la pusieron en el cuello del guacamayo.
– Ve y entrégaselo a Tarzo –
Al escuchar una palmadita, el ave se fue volando.
Después de haber leído el mensaje y haber enviado el celular a su hijo Tarzo, los padres llamaron a los guardianes de la selva y estos procedieron a enviar un helicóptero con una guarnición militar.
Días después llegaba el helicóptero que había pedido. Al verlo, el dragón de la selva se acerco al helicóptero y lo destruyo con todos los tripulantes.
Los indios de la amazona se enfurecieron y hablaron con Mayta Aru;
– Este cruel animal va continuar con sus abusos, hay que acabar con él. Lo que podemos hacer es amarrarlo y cortarle el rabo. Perderá fuerza para volar. Usted pida soldados bien armados al ejército peruano para que con sus metralletas acaben con este maldito monstro –
Mayta Aru no sabía qué hacer y se acordó que podía pedir ayuda con el moderno celular, así lo hizo y el ejército de la nación envió un grupo de carabineros.
El celular de Katia, madre de Tarzo, recibió una llamada de su hijo que le decía a su madre el lugar donde estaba;
– Mamá, Papá estoy en una cueva donde no puedo salir. Aquí todas las piedras son azules y brillantes. Necesito que vengan –
Uno de los nativos que estaba escuchando. Le dijo a Mayta Aru; – yo sé dónde está ese lugar. Está en las minas de cuarzo azul yo los puedo guiar –
Mayta Aru siguió hablando con su hijo; – Ya sabemos dónde estas hijo. Estamos caminando para llegar lo más pronto posible –
Mientras Tarzo esperaba a sus padres, el mono Titi estaba hablando con sus amigos los monos capuchinos para que lo ayuden a sacar a los pumas, guardianes de la cueva. El más sabio de los monos le dijo al monito Titi; – amigo vamos a esperar que los pumas estén durmiendo para amarrarle los rabos. Después vamos a cercar con muchos árboles secos el área donde ellos están. Luego tú, amigo Titi, prenderas esos árboles y los pumas entraran en desesperación y se quemaran huyendo del lugar. Entonces procederemos a liberar a Tarzo –
El mono Titi siguió las instrucciones de sus amigos y cuando ya no estaban los pumas procedieron a liberar a Tarzo. Ya los padres del niño acababan de llegar y abrazaron a su hijo después de este acontecimiento. Los indios habían amarrado al dragón AMARRUM y le cortaron el rabo. Los militares que acababan de llegar, usando sus rifles y granadas, mataron a la bestia.
Después de pasar por esta horrible experiencia, empezaron a instalar los paneles solares y dieron energía eléctrica para estas 30 tribus. Empezó la armonía, la amistad entre las tribus y los nuevos emigrantes. La familia de Mayta Aru se enriqueció con la explotación de las minas de cuarzo azul.
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