
Cuento Original, El Chimpance Volador
– Se escapó, se escapo, se escapo – gritaba uno de los guardianes del zoológico del Bronx, New York
– ¿Quien se escapo? – preguntaba Don Martin Soto, asistente del zoólogo, John Applejack.
El que estaba gritando, era el guardián Don Rolo Mala gamba. Este señor empezó a explicar a don Martin Soto que el mono chimpancé que trajeron de Nigeria se escapo, junto con otros animales. Entre los animales que se escaparon había un pájaro carpintero. Aparentemente el pájaro carpintero hizo amistad con el mono. Como las jaulas estaban hechas de madera el pájaro carpintero usando su fuerte pico, corto dos tablas y libero al chimpancé logrando así escaparse del parque.
– ¿Por dónde se fueron? – preguntó Don Martin.
– Salieron por el vetusto corredor de las piñatas y desaparecieron en el horizonte. Yo quise atraparlos pero no pude alcanzarlos. Mientras esto pasaba, el pájaro carpintero le decía a Chim – Vamos al aeropuerto La Guardia y ahí podemos tomar un avión que nos pueda llevar a Nigeria –
– Es buena idea. Yo quiero estar con mi familia pues me hacen falta – dijo chim
Cuando llegaron al aeropuerto un piloto de líneas aéreas internacionales los estaba escuchando. Era el capitán Raul Cartajena. Se acerco a ellos y les pregunto; – ¿Que hacen aquí?
A mi amigo Chim lo trajeron del África junto con otros animales y con ellos vine yo también, enjaulado. Extrañamos nuestro país y queremos regresar. Escapamos de las jaulas y vinimos aquí para ver si cogemos un avión que nos lleve a África – dijo el pájaro carpintero.
– Ustedes no pueden irse así porque lo primero que tienen que hacer es conseguir los papeles necesarios para el viaje, tienen que estar en cuarentena y ser vacunados, Y el registro de emigración y el pago de los pasajes lo procesan y lo paga la persona que esté a cargo de ustedes. Yo soy piloto de aviones y mi nombre es Raúl Cartagena. Yo tengo una idea y creo que pueda ayudarlos. Yo tengo un hobby, construyo avionetas en mi casa que está en Long Island. Puede ser que con la ayuda de ustedes fabriquemos una nave para ir al África. Vengan conmigo para que conozcan mi taller. Yo les explicare acerca de mis experimentos.
El chimpancé y el pájaro carpintero se miraron sorprendidos.
El señor Cartajena noto que no le creían pero hizo un nuevo intento y esta vez les hablo con firmeza. Confíen en mi . Ustedes estarán en mi casa y yo cuidare de ustedes hasta que logremos nuestras metas.
El chimpancé y el pájaro carpintero aceptaron la invitación.
Cuando iban por la carretera estatal, pasaron por los predios de la Universidad de Stony Brook y por esta área se veía hermosos árboles de abetos, manzanas y sauces. Chim empezó a llorar y decía; – Este lugar me recuerda a mi país. Miren con la libertad que vuelan los pajaritos y mariposas al derredor de estos árboles.
El señor Cartagena comprendió lo que Chim sentía y abrazándolo le dijo; – Tu tristeza Chim, me crea más interés por ayudarte.
Cuando llegaron a la casa era de noche que Chim y el pájaro carpintero se quedaron dormidos. Al día siguiente, cuando despertaron, estaba en la puerta el señor Cartagena. – Buenos días amigos. Les tengo preparado el desayuno. Cuando terminen iremos al taller de herrería para que ustedes vean mis experimentos. –
Cuando llegaron al lugar Chim y su amigo veían muchas piezas de alas de avioneta hechas de aluminio y Madera. Regadas por el piso estaban las herramientas. En una esquina estaba un torno y una fresadora pequeña. Cerca a estas maquinas habían unas hélices de aluminio. Curioso Chim preguntó; – ¿Y para qué son esas hélices?
– Son para fabricar un helicóptero pequeño para que lo pueda usar una sola persona .Ya está casi terminado. Cuando esto suceda lo probare en la playa. Después que yo esté seguro que no tengamos problemas, tu chim, lo usaras. Te voy a explicar cómo operarlo.
– ¿Y como cruzaremos el mar atlántico? – dijo Chim – Es un viaje muy largo .
En el Puerto de New London, Connecticut. Tengo anclado un pequeño yate. Lo primero que tenemos que hacer es llevar el helicóptero en un “truck” Ford, todo terreno hasta donde esta mi yate. Lo montamos en la proa. Lo amarramos y sujetamos para que las olas no lo dañen y después cruzamos el mar hasta el Puerto de Lagos. Aquí anclamos. Este lugar está muy cerca a tu país. Te colocamos el motor del helicóptero con un cinturón de seguridad. Después encendemos el motor y siguiendo mis instrucciones manejaras y volaras en ese helicóptero y para tu llegar al lugar donde tú naciste te guiara el pájaro carpintero.
Y como yo le regreso este helicóptero?
Te puedes quedar con el yo tengo los planos y eso es suficiente para yo hacer otro y patentarlo
– Gracias – dijo Chim y el pájaro.
Y así iban los dos hasta la meseta de Banchi. El lugar donde nació Chim. Todos los animales de la selva los estaban esperando.
– Bienvenido Laika #2 – Le llamo la jirafa en son de alegría y broma.
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