Lulú, La Super Perrita

Después de una tormenta de lluvia y viento que paralizó Puerto Rico, islita del caribe, pude dirigirme a mi trabajo en el pueblo de Toa Baja. Conducía por una de las carreteras que va a lo largo de la isla de Puerto Rico, el expreso de Diego. De pronto siento un ruido y veo una avalancha de tierra que se desprendía de un mogote (montaña pequeña) cubriendo el carril derecho del expreso. Llenando todo completamente de lodo y fango, incluyendo un automóvil. Me quede sorprendido cuando veo que salta una perra negra que empieza a escarbar, mientras su cachorro observaba. Escarbaba con tanta rapidez que pudo hacer un hoyo suficientemente profundo para todos los que estábamos en ese lugar nos pusiéramos a trabajar rescatando a los desafortunados habitantes del auto sepultado bajo lodo.

A través de la ventana trasera del automóvil había una niña llorando a la vez que nos hacia señas. Sus padres estaban inconscientes en los asientos del frente. Al remover el fango pudimos sacar del auto a esta familia. La niña se abrazó a mí y me dijo; – me llamo Miosotis y mis padres son José y María –

Gracias a esta perra, pudimos salvar a esta familia. Los padres de la niña tenían pequeñas heridas y la ambulancia de carreteras se los llevó al hospital más cercano. En el cielo volando pasaba una cotorra nativa que chirriando decía; – buen trabajo Lulú –

En la parte alta se estaba deslizando con el fango un inmenso árbol de ceiba y al derredor, volaba el loro  gritando: – Lulú, Lulú –. La perra al escuchar al loro, subió hacia la montaña y notó que había un nido en las ramas del árbol caído. El loro seguía gritando como pidiendo ayuda; – Lulú, Lulú, Lulú –

Ese nido era del loro y en el nido hay 2 pichones. La perra se acercó y mordiendo el nido en una esquina, lo jaló hasta llevarlo a un lugar seguro. El árbol se deslizaba cuesta abajo mientras el lodo y la lluvia lo arrastraban hasta el fondo de la montaña. El loro se quedó con sus crías pero la perra al tratar de salvar el nido quedó con sus patas traseras atrapadas debajo de una rama del árbol caído. Un chofer que estaba observando me llamó; – Señor vamos a sacar este pobre animal, no puede moverse -. Subimos y juntos empujamos el árbol y así pudimos sacarla.

–           No puede mover las patas – me dijo el chofer – Ayúdeme a colocarla en la parte trasera del camión y yo la llevare a un veterinario. Al cachorro lo colocaré en la cabina.

–           Esta perrita es una heroína y merece que le salvemos la vida. Este es mi teléfono y me llamo Manuel.  Comuníquese  conmigo, quiero saber que paso – le dije.

Caminé hacia mi auto y me fui a mi trabajo. A la semana siguiente me llamó Jairo Vélez, el chofer que se llevó la perra con su cachorro.

–           Don Manuel, hemos tratado de salvar la vida de la perra pero los veterinarios la pusieron a descansar para que no sufriera. Yo me he quedado con el cachorro, es un amor. Toda la familia lo quiere. En la placa que estaba en el collar de Lulú decía; “Lulú. Propiedad de Aduanas del Aeropuerto, Departamento de la policía de Puerto Rico”.

Según un comunicado de prensa Lulú de había perdido hacia dos años y estaba perdida.

Preguntas a Nuestros Niños

  • ¿Cómo se llama la niña y los padres que salvó Lulú?
  • ¿El árbol que se cayó era?
  • ¿Los pichones  que estaban en el nido, de que ave eran crías?
  • ¿Dónde trabajaba la perra antes de perderse?
  • ¿Qué valores hay en este cuento?