– ¿Qué hacen ustedes aquí? – preguntó el Canguro
– Veníamos a Australia y el velero se hundió. Nadamos hasta la orilla de este continente – dijeron la Llama y la Alpaca (animales cuadrúpedos familia de los camélidos).
– Están en Australia. ¿Venían como inmigrantes?
– Si, enviados por el Virrey para conocer este nuevo continente y sembrar papas para desarrollar la agricultura.
– ¿Dónde están esas papas? – continuó preguntando el Canguro.
– En aquel bolso de lona que está cerca de usted –
– ¡Amigos, bienvenidos! – dijo el canguro – Hace años inmigrantes de Irlanda trajeron corderos y conejos. También trajeron semillas para sembrar el trigo y variedad de vegetales. Fueron bien recibidos pues esto ayuda a nuestro progreso.
Los indios nativos que acababan de llegar escucharon al canguro y mirando a los animales extranjeros se acercaron y abrazaron a la Alpaca y a la Llama. Les brindaron amistad, alimentación y cuidado.
– ¿Podemos sembrar las papas que trajimos en estas tierras?
– Oh, no – dijo el canguro – esto es un desierto. Pero los puedo llevar al norte donde hay ríos y lagos y mucha vegetación. Las nubes sonríen dándonos lluvia y amor. El Sol nos da calor y reverdece el lugar.
– El Virrey nos dijo que donde llegáramos sembraríamos estas papas.
– Ya otros trataron de sembrar y aquí no nace nada – dijeron los nativos
La Alpaca leal a las órdenes de su majestad el Virrey – No importa – dijo – sembraremos en este lugar. Haremos canales de irrigación trayendo agua de los ríos cercanos.
Los nativos inclinaban la cabeza en señal de aceptación y empezaron a cavar haciendo canales de irrigación. El canguro sembraba las papas y los nuevos inmigrantes dirigían el proyecto.
Dos años más tarde empezaron a cosechar el alimento que algún día salvaría a la humanidad.
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