cuentos infantiles el loro el mono y el celular

El Loro, El Mono y El Celular

–          Traed más jarrones de agua – decían los frailes franciscanos al ver que se quemaba el monasterio construido a las orillas del rio Amazonas.

El loro llamaba al mono a través del novedoso celular para que se uniera a ellos y así apagar el fuego. Por más que trataron de apaga el fuego el monasterio quedó en ruinas.

–          Solo yo sobreviví, el párroco más viejo del monasterio –

Sintiendo que agonizaba llamó al loro y al mono. Desde que estos animalitos eran pequeños, el párroco les enseño a como usar el celular. Con la biblia en la mano el párroco les dijo; – Ustedes han sido como mis hijos y quiero decirles que en aquella caja de madera que está detrás de la parroquia. En ella hay 1000 celulares. Tómenlos y distribúyanlo a las tribus y a todos los animales que están en esta selva. Enséñenles para que puedan comunicarse con ellos. Para cargar las baterías usen energía solar. No hagan mal uso de este novedoso invento. La Luna y el sol los vigilara. Abrazando al mono y al loro el párroco dejo de existir

–          ¿Qué hacemos? – pregunto el loro

–          Recojamos los celulares – contesto el mono

–          Un momento – dijo La Luna – Los hermanos franciscanos vinieron a esta selva para enseñarnos a todos como salvar la fauna y la flora de ésta selva. Yo los observaré que así se haga. Yo les daré calor y energía para cultivar estas tierras y para los celulares – dijo El Sol.

Pero el gurú cruel de la selva llamado Destrucción hizo que todo fallara. Todos los animales y los indígenas lo usaban como juguetes. Enviando exceso de mensajes electrónico y muchos animales creaban ambiente de peleas. A alejándose de sus hijos perdiendo noción de lo que hacían. Así iban acabando por el medio ambiente. Todos querían ser líderes en su área. Sin ellos aportar nada. Porque el tiempo para trabajar lo usaban para “textear”.

El Sol estaba observando lo que pasaba y les dijo; – no daré más energía –

–          Los celulares se apagaran – dijo La Luna

Todos tuvieron una misión muy poderosa; para salvar al mundo con el celular.

–          El gurú cruel se está riendo de nosotros – dijo el loro.

–          Ya no sirven los celulares. No hay energía – dijo el mono

Todos los animales de la selva le preguntaron a La Luna; – ¿Qué podemos hacer?

–          Arrójenlos al rio – dijo La Luna

Todos los animales y los indios arrojaron los celulares en el rio amazonas. Los celulares llegaban flotando hasta el delta y se perdían en el mar atlántico.

Cuando esto sucedió el Sol empezó a brillar. Entre las nubes La Luna sonreía.

Un nuevo grupo de franciscanos llegaban al centro de la selva a edificar un nuevo monasterio. Vamos a crear escuelas, un hospital veterinario, un centro de agricultura y un laboratorio de alquimia para estar al día con adelantos de la ciencia.

–          Viene con nosotros el padre Mujica experto en computadoras y celulares y el va educarnos a nosotros para  darle buen uso de estos inventos – dijo el obispo

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Acoge mis palabras hijo mío

Guarda mi enseñanza que tu oído se abra a

 la sabiduría, que tu corazón se doblegue

 A la verdad. Apela a la inteligencia

 Y déjate guiar por la razón

 Yo tu Dios, está alerta a lo largo del buen camino

 Para proteger el caminar de sus fieles

 Proverbios  2—{1-4-6}