Había una vez, un duque nacido en el pueblo de Lawton, Escocia. Tenía la piel azul. Esto lo hacía ver ante los parroquianos de la ciudad como un Ogro. Aunque su rostro era de una persona normal, por él tener el cuerpo escamoso azul, alejaba a las mujeres y asustaba a los niños. Se llamaba Alexander O’rami, Duque de Latown, tenía 25 años.
Su madre la duquesa Marilin o’Rami, hacia fiestas en el castillo e invitaba a las mujeres más bonitas de la realeza. Pero muy pocas iban al palacio pues sentían temor al estar cerca al duque. La madre notaba que esto entristecía a su hijo mientras él se iba convirtiéndose en un ermitaño.
La madre estaba desesperada porque su hijo no era feliz. Ella convocó a una reunión a científicos, magos y brujas para descifrar este problema esperando tener alguna opinión que le ayudaría a su hijo mejorar esta condición. Solamente la bruja Sabaranta, tenía una solución y le dijo a la duquesa que quería hablar con su hijo. Cuando se reunió con el duque ella le dijo lo siguiente; – Su excelencia, no se avergüence del color azul porque este color representa el frescor del ambiente, la tranquilidad, la inteligencia y el progreso. Su felicidad está en una isla lejana donde hay una princesa llamada Cielo Azul. Ella está esperando por usted. Solo hay un problema que vencer. Ella esta cautiva en una hermita y nadie ha podido salvarla de la furia del dragón de Komoda. Usted es el único que puede vencer a esa bestia. Para ello tiene que llevar una espada de platino.
El duque entusiasmado le preguntó a la bruja; – ¿Dónde está esa isla y como se llama? –
– La isla se llama Verde azul y está cerca de Nueva Zelandia – contestó la bruja Sabaranta.
– Yo viajaré a ese lugar, quiero conocerla. Me iré en el velero de mi padre llamado ADVENTURE, con toda la tripulación de fieles marineros armados –
Días mas tarde el ADVENTURE levantó anclas y las velas flotaron en el cielo con la fuerza del viento. Llevando al duque a un extraño país. Él iba alegre disfrutando de la brisa, el sol y el mar esperando llegar al país donde encontrará la felicidad.
Ya habían navegado 23 días el capitán del velero llamó al duque; – Su excelencia estamos llegando a Verde Azul, nos acompañan unos raros tiburones cornudos y dos monos con alas. Este lugar es un extraño mundo. Hasta las algas se ven de color azul con flores –
Horas más tarde el capitán pidió permiso para anclar frente a la isla Verde Azul. El permiso fue concedido. El duque abordó una lancha con 5 fusileros y se dirigieron hacia la playa. Al llegar a la isla los estaban esperando unos enanitos azules. Detrás de ellos había un ejército de canguros armados con arcabuces.
Se sorprendió el duque y su sequito de este recibimiento. El enanito azul que estaba al frente de la guarnición saludo a los recién llegados y pronunció estas palabras; – Bienvenidos a Verde Azul. Acompáñenos hasta el castillo donde serán recibidos por los reyes de los enanos azules –
A medida que iban caminando por el selvático lugar se podía notar que los arboles tenían hojas verdes y azules. Los búhos con patas peludas los observaban. Las zarigüeyas se arremolinaban al derredor de los recién llegados.
Al llegar al castillo fueron recibidos por los reyes de los enanitos azules Fritz y Roció Forestal. Después que disfrutaron de un agradable recibimiento el rey empezó a hablar con el duque; – Señor nosotros estamos pasando por una situación difícil en este reino. Hace 20 años nació nuestra única hija y la llamamos Cielo Azul. Al principio era una niña normal, pero a medida que iba creciendo se convirtió en una mujer grande y hermosa. Nosotros como enanos que somos creíamos que ella era una mujer gigante. Pero ahora que lo vemos a usted nos hemos convencidos que ella tiene el tamaño de los demás terrestres. Su tamaño creo admiración en nuestro pueblo pero los malditos monos voladores sentían envidia. Por ello, la raptaron y se la llevaron hasta el centro de un lago. La encerraron en una ermita flotante. Él dragón de Komoda, amigo de los monos, se ha encargado de proteger este lugar. Hemos ido con un ejército de canguros, todos fuertes y armados. Pero el dragón es tan fuerte que atrapó a los canguros y los ahogó en el lago. Nuestra diosa Celeste nos dijo que no nos preocupáramos que de un lejano mundo venga a este reino un caballero de piel azul igual que la princesa y la felicidad empezara a renacer en Verde Azul. Usted es la persona indicada.
– ¿Cómo puedo llegar hasta donde está la princesa? – preguntó el duque.
– No es fácil llegar hasta ese lugar porque hay muchos obstáculos, Hay también una zanja que han fabricado los monos voladores y es ahí que esta el dragón de Komoda y nadie ha podido sacarlo de ahí .En las noches de Luna escuchamos los quejidos de nuestra hija Cielo Azul y nosotros sufrimos al no poder hacer nada. Solo una espada de platino puede atravesar su piel.
– Yo he traído una y me voy a enfrentar a él – dijo el duque.
– Nosotros lo acompañaremos con un ejército de canguros. Lucharemos con los monos voladores para abrir paso y usted pueda llegar hasta el lago.-dijo el rey Fritz.
– Yo puedo enfrentarme a ese monstro con la espada de platino que me dieron mis padres- jurando ante dios de todos los caminos que salvaré a la princesa.
Cuando el duque estaba cerca a la ermita salió el dragón enfurecido, votando llamaradas de fuego y destruyendo todo lo que encontraba en su paso. Al ver al duque le dijo; – Yo soy el dragón más poderoso de la tierra y te voy a desaparecer de Verde Azul. Cuando el dragón se abalanzó hacia el duque, este sacó la espada de platino y atravesó el cuerpo de la bestia que quedo herido y se hundió en el lago. Rápido, el duque abrió la puerta de la ermita abrazó a la princesa y la llevó al castillo. Todo el pueblo celebró éste acontecimiento. La princesa Cielo Azul abrazó a su padre y le dijo; – Yo quiero a mi héroe y él me ha ofrecido llevarme a Escocia para presentarme a su madre y casarnos en ese hermoso país –
Los reyes de Verde Azul estuvieron de acuerdo y el duque y la princesa fueron felices.
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